
Una de las zonas más áridas de China está reverdeciendo. El motivo: un planta con siete millones de paneles solares
En una de las regiones más despobladas y áridas de China, un paisaje durante siglos dominada por el polvo, un enorme parche de arena está empezando a teñirse de verde. La causa no es un cambio climático milagroso ni un proyecto de reforestación masiva, sino un parque solar tan grande como la ciudad de Madrid.
Siete millones de paneles solares. Ubicada en la provincia de Qinghai, esta megaobra aún en construcción se extiende sobre 610 kilómetros cuadrados de meseta tibetana con el objetivo de albergar más de siete millones de paneles fotovoltaicos.
Su capacidad de generación será suficiente para abastecer de electricidad a cinco millones de hogares, lo que la convierte en la granja solar más grande del mundo. Pero más allá de las cifras energéticas, el impacto más sorprendente se está viendo a ras de suelo.
Así está transformando el paisaje. La instalación está teniendo efectos beneficiosos en la ecología local. Los paneles solares, alineados en filas interminables, actúan como una barrera contra el viento que reduce la erosión, frena el avance del polvo y la arena y, lo que es más importante, reduce la evaporación de agua del suelo.
Bajo la sombra protectora de los paneles, la vegetación ha encontrado una oportunidad para prosperar. La hierba y pequeños arbustos están comenzando a crecer, lo que ha creado un ecosistema más verde que atrae a la fauna local.
El mantenimiento corre a cargo de las ovejas. Para mantener la vegetación bajo control, la instalación ha contratado a ovejeros de la zona. Miles de ovejas acuden a pastar tranquilamente entre los paneles, una asociación que un funcionario local describió a Associated Press como un «win-win».
Aunque la industria de la zona se encuentra bajo escrutinio público por denuncias de represión al pueblo uigur, el reverdecimiento local es un poderoso símbolo a favor de la transición energética. No solo genera energía limpia, sino microclimas más húmedos y vegetación bajo las hileras de paneles, convertidos en praderas para las llamadas «ovejas fotovoltaicas».
Las cifras de China marean. Este proyecto es la punta de lanza de la monumental estrategia de China para liderar la transición energética. En 2024, China fue responsable del 61% de las instalaciones de capacidad solar y de casi el 70% de la eólica instalada en el planeta.
Las cifras para 2025 son aún más espectaculares. Solo en la primera mitad del año, el país asiático añadió 212 GW de energía solar, más que toda la capacidad que tiene Estados Unidos, así como 51 GW de energía eólica. Esta aceleración está dando sus frutos: China ya ha alcanzado el objetivo que se propuso para 2030 y sus emisiones de carbono han caído por primera vez.
Imagen | Google Maps
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La noticia
Una de las zonas más áridas de China está reverdeciendo. El motivo: un planta con siete millones de paneles solares
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Xataka
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Matías S. Zavia
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